La accesibilidad y proximidad a la
familia convierten al enfermero/a especializado en el área de la pediatría en
referentes para la atención de la salud de sus hijos. De la misma manera, estos
disponen de una información cercana y continuada, no sólo de la situación
biológica del niño sino también de su entorno social y familiar, lo que les
posibilita para ofrecer una respuesta global a las necesidades de salud.
Sin lugar a dudas, las actividades
preventivas constituyen una de las acciones principales de la Atención
Primaria; y sus resultados son todavía más evidentes entre la población
infantil.
En los últimos 20-30 años se ha
progresado mucho en la salud de nuestros niños gracias a los avances
científicos y tecnológicos que permiten una mayor supervivencia neonatal y
mejorar las expectativas
de vida de diversas enfermedades y,
también, a los resultados derivados de los programas de Salud Pública y
actividades preventivas, como las inmunizaciones, o el propio programa de salud infantil.
De igual forma, hay que considerar los
cambios sociales derivados de un nuevo concepto de salud (Salud = calidad de
vida; bienestar físico, psíquico y social) y de las transformaciones de la
propia sociedad en la que vivimos (en las relaciones familiares, la
inmigración, las situaciones de desequilibrio social;…), así como el
crecimiento de los recursos y la implantación de la Atención Primaria en
nuestro país.
Todo ello, no sólo ha logrado una reducción
significativa de la mortalidad infantil sino que ha dado lugar a modificaciones
importantes en los problemas prevalentes y en las expectativas de salud de los
niños, adolescentes y sus familias ; que obligan a plantearnos otros objetivos
distintos a los tradicionales en el cuidado de la salud, como son: el fomento
de las actividades de educación para la salud, la promoción de auto cuidados y
estilos de vida sanos, la atención socio sanitaria, garantizar una continuidad
en los cuidados
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